martes, 20 de septiembre de 2011

Sobre lo que se queda con nosotros...

Me gustaría creer que son muy pocas (en realidad no las hay, pero esto es lo más cercano que se me ocurre) las cosas que se quedan con nosotros, sin importar donde vamos, la situación económica, la salud (no-mental), la gente con quién estamos, etc. Generalmente no importa de que bando político eres, soy y somos, ni nuestra moral o ética, estas cosas se quedan con nosotros hasta el final, sin importar la experiencias actuales, y tienen que ver 100% con la memoria. Al menos que sufras de algún accidente freak, un lavado de cerebro o alguna enfermedad desafortunada, las dos cosas que (casi) siempre se quedaran con nosotros son el conocimiento y las experiencias. Son las únicas cosas que nos podrían "pertenecer".

Las experiencias son lo que guardamos y recordamos de nuestras vidas, de ellas podemos aprender, reírnos un rato, llorar otro, etc. También se puede decir que las experiencias nos otorgan conocimiento (si tomamos como al conocimiento como la extracción abstracta de ciertas experiencias).

Yo personalmente le doy un énfasis especial a las experiencias que comparto con otras personas, ya que estas serán las única cosa que se tendremos de otras personas y tienden a ser contextual, por lo que se pueden considerar como únicas y singulares. El conocimiento, on the other hand, está por lo general escrito en alguna parte del mundo, y puede esperar.

Lo que sí, el conocimiento, cuando tomado correctamente y responsablemente (usada para entender) enriquece nuestras alma personal y vida personal (para los anti-metafísicos me refiero a nuestras mentes, ente limitado netamente a nosotros mismos) mientras que las experiencias enriquecen nuestro espíritu y vida social (familiar, amigos, conocidos, personas, relaciones humanas, etc.).

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